viernes, 11 de marzo de 2011

Un ejemplo a seguir

Hoy he llorado. No es por hacerme el duro, pero he de reconocer que me cuesta bastante. De hecho, suelo mantener el tipo ante situaciones en las que mucha gente se dejaría llevar por las emociones hasta que estas mismas les desbordasen.
En cambio, hay ocasiones muy puntuales que hacen que las lágrimas se me escapen como si tuvieran vida propia... Una de ellas tiene relación con los sentimientos padre-hijo. Siempre me he sorprendido a mí mismo al ver llorar a mi padre. No soy capaz de soportarlo. De forma completamente automática, me saltan las lágrimas. Sólo me pasa con él.

Esta misma tarde se me han vuelto a escapar viendo un vídeo que me ha tocado la fibra sensible... entremos en detalles:
 Estaba leyendo un libro de Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña titulado "Ha llegado la hora de montar tu empresa" (cortesía de mi compañero y socio JR), que habla sobre emprender, una capacidad humana que tiene su origen en el minuto uno en el que el hombre se plantó en este planeta. El impulso de emprender es el motor de las acciones del hombre y lo que las hace evolucionar, y allí reside su importancia como actitud de superación ante las situaciones que nos toca vivir.
Pues bien... en el libro se hace mención a una persona con espíritu emprendedor como pocos y un ejemplo de superación personal: Derek Redmond.

Tras ver su vídeo más famoso, en la semifinal de 400 metros lisos de los Juegos Olímpicos de Barcelona ´92, no he podido evitar llorar. Y se me han juntado dos factores clave...
El primero, la imagen padre-hijo que como ya he mencionado antes, me supera.
El segundo, no ha sido la impotencia que sufre Derek cuando se rompe, sino su capacidad para encontrar la motivación, de vencer la frustración, el dolor y seguir superándose para alcanzar SU META. Y además, recibiendo la ayuda de su mayor referente y apoyo a lo largo de su carrera profesional, aquel que llevaba a su lado toda la vida, y que había compartido todos los años de preparación para llegar a su meta; Correr unos Juegos Olímpicos y ganar el oro. Pero no lo ganó. Ganó la carrera de su vida ante la ovación de 65000 personas a las que también se les saltaron las lágrimas.

Sinceramente, todo un ejemplo a seguir. Juzgad vosotros mismos.

Si te gusta, ya sabes...